Cantabria fue testigo de las primeras escapadas en pareja de Ana y Pablo, no había un lugar mejor para sus fotos de preboda y allí que nos fuimos.
Amanecimos en un Santander lluvioso, vacío, casi mágico. Era todo para nosotros y bien que lo aprovechamos recorriendo lugares que habían formado parte del inicio de su historia juntos.
Los tres somos unos enamorados de estas tierras del norte y volvimos a caer rendidos ante una Cantabria que daba la bienvenida a febrero con la luz más romántica que podíamos esperar.
Sonrisas, complicidad, amor…así son ellos y tal que así se presentan.
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